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OLADE: ENFOQUE PARA PROYECTOS DE ELECTRIFICACI�N RURAL

Alexandra Arias
Ingeniera industrial, Maestr�a en Energ�a y Desarrollo de la Universidad de Twente en Holanda, con �nfasis en eficiencia energ�tica, Posgrado en Gerencia del INCAE en Costa Rica, y una especializaci�n en energ�as renovables en Alemania.
Especialista   Principal   en   Electricidad   de la Organizaci�n Latinoamericana de Energ�a (OLADE).
alexandra.arias@olade.org

Recibido: 21/feb/2017  y  Aceptado: 21 jun/2017

ENERLAC. Volumen I. N�mero 1. Octubre, 2017 (6-23)

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RESUMEN
El consumo de energ�a mundial est� basado en combustibles f�siles. Seg�n datos de la Agencia de Energ�a, en el a�o 2014, alrededor de un 14.1% del total de la energ�a primaria producida a nivel mundial provino de fuentes renovables, sin embargo, otras fuentes indican que puede alcanzar hasta un 20%. En cuanto a la producci�n de electricidad, alrededor de un 78% proviene de combustibles f�siles y nucleares y un 23% de fuentes renovables, en su mayor�a procedentes de plantas hidroel�ctricas (17%).   La participaci�n de fuentes como e�lica, geot�rmica y solar para generar electricidad, se realiza a una escala todav�a incipiente (6.3%)(1)
.

Seg�n datos de OLADE, Am�rica Latina y el Caribe tienen un potencial para producir electricidad con fuentes renovables que supera la demanda esperada para el a�o 2050. A pesar de que un alto porcentaje de los pa�ses de la regi�n tienen un �ndice de renovabilidad de generaci�n el�ctrica superior al 80%, el promedio de la regi�n apenas sobrepasa el 50% y algunos pa�ses, ni siquiera alcanzan el 10%.  A su vez, alrededor de la mitad de los pa�ses cuentan con una cobertura el�ctrica superior al 95% y la mayor�a est�n sobre el 75%, solamente dos pa�ses tienen coberturas el�ctricas muy bajas. Adem�s, en la regi�n, alrededor de 22 millones de personas no cuentan con servicio el�ctrico(2)
.

Analizando la informaci�n del sector en la regi�n, se determina que hay un gran potencial para proyectos de electrificaci�n rural con fuentes renovables y OLADE analiza cual es la mejor estrategia para electrificar a las comunidades sin acceso a la electricidad, con soluciones que lleven desarrollo sostenible a las mismas y que generen progreso a sus habitantes. Estas comunidades tienen caracter�sticas en com�n; son poblaciones muy dispersas -en la mayor�a de los casos comunidades ind�genas tienen desventajas comparativas y competitivas, conflictividad social y un escaso desarrollo econ�mico y social.

Anteriormente en la regi�n, los proyectos de electrificaci�n rural se enfocaron en el desarrollo de tecnolog�as, el enfoque hacia las personas se dej� de lado y por esta raz�n, en algunos casos, surgieron problemas de car�cter cultural y al final muchos de los proyectos dejaron de funcionar.

El reto planteado por OLADE es proponer soluciones energ�ticas viables para aquellas comunidades que no tienen acceso a la electricidad, con  alternativas  propias  para  cada  localidad. Las metas a alcanzar son el acceso universal a la electricidad para todos los pobladores de la regi�n, mitigar el deterioro ambiental mediante la utilizaci�n de tecnolog�a energ�ticamente eficiente  y  renovable,  reducir  las  condiciones de pobreza y de vulnerabilidad al cambio clim�tico y lograr una mayor participaci�n de empresas cercanas a las comunidades mediante Responsabilidad Social Corporativa.

Palabras Clave:
Acceso a la Energ�a, Variables Sociales, Responsabilidad Social Corporativa, Desarrollo Rural Sostenible.



ABSTRACT
Global  energy  consumption  is  based  on  fossil fuels, according to data from the Energy Agency, in 2014, only about 14.1% of the total primary energy produced worldwide comes from renewable sources, however, other sources indicate that it can reach up to 20%. Regarding electricity production, about  78%  comes  from  fossil  and  nuclear  fuels and 23% from renewable sources, mostly from hydroelectric plants (17%). The share of sources such as wind, geothermal and solar to generate electricity, is performed at a yet incipient scale (6.3%).

According to OLADE’s data, Latin America and the Caribbean have the potential to produce electricity from renewable sources that exceeds expected demand by 2050. Although a high percentage of the countries of the region have a renewable electricity generation index of more than 80%, the region’s average barely exceeds 50% and some countries do not even reach 10%. In turn, about half of the countries have an electrical coverage above 95% and most are above 75%, only two countries have very low electricity coverage. In addition, close to 22 million people in the region don not have access to electricity.

After analyzing information from the sector in the region, we have determined that there is great potential for rural electrification projects with renewable  sources.  OLADE  on  its  part,  analyzes the best strategy to provide electricity access to the  communities  that  lack  of  it,  with  solutions that bring sustainable development and generate progress to its inhabitants. These communities have common characteristics; very scattered popu- lations - in most cases indigenous communities - and poor economic and social development.

Previously in the region, rural electrification projects focused on the development of tech- nologies, the approach towards people was left aside and for this reason, in some cases, problems of a cultural nature arose and at the end, many of the projects stopped functioning.

The challenge posed by OLADE is to propose viable energy solutions for those communities that do not have access to electricity, with alternatives for each localiy. The goals to be achieved are: universal access to electricity for all people in the region, mitigating environmental degradation through the use of energy efficient and renewable technology, reducing poverty and vulnerability to climate change and achieving greater participation of companies close to the communities through Corporate Social Responsibility.

Keywords:
Access to Energy, Social Variables, Corporate Social Responsibility, Sustainable Rural Development.



PROYECTOS DE ENERGIZACI�N RURAL
El objetivo de los proyectos de energizaci�n rural es mejorar las condiciones de vida de los pobladores de comunidades aisladas, usando la energ�a como herramienta para el logro de un desarrollo rural integral en el largo plazo.   Esto se realiza a trav�s de una metodolog�a de gesti�n de proyectos energ�ticos en sitios aislados, por medio del establecimiento de alianzas entre varios actores. Entre ellos el m�s importante es el de las comunidades organizadas que se han visto fortalecidas en sus capacidades para gestionar el proyecto de suministro de energ�a el�ctrica para su propio consumo, con un enfoque de soste- nibilidad y la realizaci�n de emprendimientos productivos y desarrollo socio-econ�mico local, que a su vez permiten el sostenimiento a largo plazo del sistema energ�tico implementado.

Este modelo se muestra en la Figura 1.

Figura 1. Elementos del esquema de sostenibilidad para proyectos de energizaci�n rural


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En el pasado, los proyectos de electrificaci�n rural en la Regi�n se enfocaron en la aplicaci�n y gesti�n de proyectos tecnol�gicos, y el enfoque en las personas se dej� de lado, lo que represent� una barrera.  Por un lado, se demostr� que las tecnolog�as de generaci�n de electricidad funcionan, pero los proyectos no   lograron   desarrollar   las   capacidades de las personas durante el proceso, perdiendo el potencial de desarrollo individual y comunitario.
Por esta raz�n, la metodolog�a propuesta analiza las barreras de los proyectos de electrificaci�n rural implementados en los pa�ses de la regi�n e integra conceptos innovadores como:

Tabla 1. An�lisis de barreras y propuestas de cambio

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Fuente: Elaboraci�n propia

Otro tema fundamental es el ambiental, es bien sabido que todas las fuentes de energ�a producen alg�n grado de impacto ambiental, unas con mayor impacto que otras. Lo importante es realizar un an�lisis de la incidencia que produce la generaci�n de energ�a, as� como de los procesos de desechos de equipos y materiales, y proponer las medidas de mitigaci�n para que el proyecto energ�tico sea sostenible desde el punto de vista ambiental.

Es importante recalcar que el desarrollo es sostenible cuando es capaz de satisfacer las necesidades actuales, sin comprometer los recursos de las futuras generaciones (ver Figura 2).  Por lo tanto, se trabaja con las comunidades beneficiarias, a fin de que entiendan que, al llevar a cabo las medidas de mitigaci�n propuestas dentro de los proyectos, les procurar� energ�a el�ctrica y fuentes de ingreso en el largo plazo.

Para    definir    las    comunidades    beneficiarias de  los  proyectos,  se  realiza  un  diagn�stico  de los  planes  de  electrificaci�n  rural  del  pa�s   con las “Autoridades  del  Sector  Energ�tico”,  luego se identifican los proyectos de generaci�n de electricidad,  de  acuerdo  a  las  prioridades  del pa�s, se establece la relaci�n con las comunidades y se promueve el establecimiento legal de la “organizaci�n”, la cual es conformada por todos los miembros de las comunidades participantes, y se define un mecanismo financiero para administrar los fondos.  Una vez que el proyecto de generaci�n de electricidad est� funcionando, se implementan los proyectos productivos, donde se incluye la infraestructura.

El modelo de organizaci�n propuesto est� enfocado principalmente en el fortalecimiento empresarial para la administraci�n sostenible de los proyectos.     Esto se hace a trav�s de un proceso de capacitaci�n, cuyo objetivo es asegurar la participaci�n de los miembros en los niveles de decisi�n de la asociaci�n, mediante la introducci�n de temas administrativos y de organizaci�n.   La capacitaci�n est� basada en la metodolog�a de la educaci�n popular, con enfo- que de g�nero y cultural, donde se desarrollan talleres en los cuales se aplican t�cnicas participativas vivenciales, de actuaci�n, auditivas y audiovisuales.    Se motiva la construcci�n colectiva de los conceptos y especialmente de los acuerdos, para definir manuales y reglamentos y as� lograr que el servicio el�ctrico en todas sus actividades sea eficaz y eficiente.


Figura 2. Metodolog�a OLADE para proyectos de electrificaci�n rural y el tri�ngulo del Desarrollo Sostenible

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Fuente: Elaboraci�n propia


El punto m�s importante en la ejecuci�n de los proyectos es su sostenibilidad, el objetivo del trabajo en equipo y las capacitaciones en los diferentes temas, es dar herramientas a los miembros de las comunidades para que en un largo plazo mantengan su sistema energ�tico funcionando, y generen desarrollo social, econ�mico y ambiental a sus comunidades, a trav�s de los proyectos productivos.

ESTUDIO DE CASO: GUATEMALA

Antecedentes
El proyecto Microcentral Hidroel�ctrica Comunitaria   Batzchocol�   forma   parte   del   modelo que OLADE promueve en comunidades rurales de Am�rica Latina y el Caribe en coordinaci�n con organizaciones de los pa�ses beneficiarios y organismos internacionales; donde la aplicaci�n de variables sociales y la Responsabilidad Social Empresarial juegan un papel preponderante.  El proyecto tiene como objetivo brindar el servicio el�ctrico a la poblaci�n de las comunidades: Batzchocol�, Laguna Batzchocol�, del Municipio de Santa Mar�a Nebaj, y Visiquichum, del Municipio de San Gaspar Chajul, Departamento de Quich�.   Aprovechando la disposici�n local y potencial de los recursos h�dricos de la regi�n, se contribuye a mejorar sus condiciones de vida, aumentar las fuentes de trabajo, e incrementar el ingreso de cada uno de los habitantes de las comunidades beneficiarias.

El inter�s de la poblaci�n por la electrificaci�n inici� varios a�os atr�s, sin embargo, no es hasta el a�o 2006 es cuando se analiza la posibilidad de la micro central hidroel�ctrica, aunque la construcci�n  se  inicia  hasta  el  a�o  2009.  El 17  de  julio  del  2014,  se  inaugura  la  planta,  la cual  suministra  el  servicio  mediante  una  red de distribuci�n en 38.4 kV.   Su administraci�n, operaci�n y mantenimiento est� a cargo de la Asociaci�n   Hidroel�ctrica   de   Desarrollo   Integral Norte del Quich� (ASHDINQUI), que funciona como peque�a empresa comunitaria de generaci�n y distribuci�n de energ�a el�ctrica. Actualmente brinda energ�a a m�s de 140 familias, 19 peque�os negocios y otros servicios en las tres comunidades, a trav�s de 170 conexiones.

La   Asociaci�n   ASHDINQUI   est�   conformada por igual n�mero de socias y socios, quienes participan activamente en los costos y beneficios del proceso de implementaci�n del proyecto, y en la gesti�n de los proyectos productivos.

Ubicaci�n Geogr�fica
El acceso a las comunidades es dif�cil, ya que est�n ubicadas en una zona con una topograf�a muy escarpada, emplazadas a 300 Km de la Ciudad de Guatemala, de los cuales 273 km son carretera asfaltada, 25 km camino de terracer�a y 3.5 km por camino de tierra transitable solamente en veh�culo de doble tracci�n.

La mayor�a de su poblaci�n es del pueblo Maya Ixil, un 75% habla el idioma Ixil como lengua materna, aunque tambi�n una parte de la poblaci�n habla el espa�ol como segunda lengua.

La red el�ctrica m�s cercana a las comunidades de  la  micro  central  hidroel�ctrica  Batzchocol�, se encuentra a 28 kil�metros, en la cabecera municipal de Chajul, Quich�, con la desventaja de que el servicio en el lugar no cumple con los est�ndares de calidad requeridos, y la subestaci�n m�s cercana a la regi�n, se encuentra en la cabecera municipal de Sacapulas (a unos 96 kil�metros), lo que hace que el servicio tenga deficiencias y que no llegue m�s all� de las cabeceras municipales.

Figura 3. Ubicaci�n de las comunidades

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Fuente: Elaboraci�n propia

Construcci�n de Planta de Generaci�n El�ctrica
Una vez que la Asociaci�n ASDHINQUI logra el apoyo de diferentes organizaciones, se inicia la implementaci�n del proyecto con la construcci�n de la planta, aportando un alto porcentaje de mano de obra como contraparte por las comunidades. Mujeres y hombres se unieron e hicieron un esfuerzo grande para hacer realidad su anhelo de contar con electricidad.   La participaci�n de las mujeres fue muy importante, desde realizar jornales directos para recoger piedra y arena y pagar para que alguien hiciera jornales por ellas, hasta apoyar a sus esposos encarg�ndose del tema de la alimentaci�n. Las mujeres igualmente reconocieron su contribuci�n al proyecto, indicando que para que los hombres dispusieran de tiempo para el trabajar en el proyecto, ellas tuvieron que asumir las actividades de producci�n agr�cola.

Para la construcci�n de la planta de generaci�n de electricidad, el aporte financiero principal estuvo a cargo de HIVOS, organizaci�n internacional con una sede en Guatemala, que apoya proyectos para mejorar las condiciones de vida e iniciativas de negocios de los pobladores de las comunidades y el acceso a la energ�a, enmarcado en el �mbito de las energ�as renovables.


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La construcci�n de las redes de distribuci�n estuvo a cargo del Instituto Nacional de Electrificaci�n (INDE) de Guatemala, entidad p�blica adscrita al Ministerio de Energ�a y Minas.  INDE se encarga de todo lo concerniente a la electrificaci�n del pa�s, por ejemplo: mantener la energ�a el�ctrica disponible, satisfacer la demanda de la misma construir redes de distribuci�n entre otras.

Financiamiento y fuentes de inversi�n
Para la obtenci�n del financiamiento, fue importante   la   implementaci�n   de   un   modelo multi-actores, conformado por: INDE, ELGUA, MEM/OLADE, HIVOS, LA MUNCIPALIDAD DE NEBAJ,   OLADE   y   la   Asociaci�n   ASHDINQUI, el cual permiti� firmar un convenio donde se distribuyeron actividades y montos de financiamiento, cumpliendo cada una de las partes con los compromisos adquiridos. El modelo permiti� la participaci�n del gobierno, cooperaci�n internacional, iniciativa privada, ONG y comunidades organizadas, lo que hizo posible   la   gesti�n   t�cnica   y   financiera   para el  desarrollo  del  proyecto  de  Batzchocol�,  el cual posibilita acceso a la energ�a para estas comunidades.   A esta alianza se sumaron otras organizaciones: TELUS INTERNATIONAL, el Programa RED-DES y el Fondo de Energ�a y Pobreza, FOCAE/BUN-CA y Semilla del Sol para poder realizar todas las actividades proyectadas desde el inicio.

La inversi�n total realizada asciende a un monto cercano a los US$ 800 mil. La contribuci�n de mano de obra no calificada, aportada por todos los socios, no se contabiliz� en detalle, pero fue muy relevante en todas las etapas del proyecto.


Figura 4. Fuentes de financiamiento (%)

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Distribuci�n de Recursos
• ASHDINQUI - Mano de obra (1%)
• ELGUA - Protecci�n de tuber�as y casa de m�quinas
(13%)
• HIVOS - Microcentral hidroel�ctrica (40%)
• INDE -  L�neas de distribuci�n (19%)
• Municipalidad de Nebaj - Expansi�n y mejoramiento de caminos (8%)
• OLADE (Cooperaci�n Canadiense) - Proyectos productivos, capacitaci�n y asistencia t�cnica (15%)
• TELUS - Centro inform�tico (3%)
Fuente: Elaboraci�n propia


Sostenibilidad del proyecto
La sostenibilidad de los proyectos se basa en la inclusi�n de variables sociales, la participaci�n de  diversas  organizaciones  y  la  conformaci�n de una empresa comunitaria, que en este caso es   la   Asociaci�n   ASHDINQUI,   donde   todos los   miembros   de   la   comunidad   son   parte de  la  misma  y  han  conformado  equipos  de trabajo  para  la  elaboraci�n  y  aprobaci�n  de los reglamentos necesarios que permiten un adecuado funcionamiento de las actividades que se han propuesto.  Adem�s, los asociados deben realizar un apropiado manejo de los recursos financieros para sus proyectos, de los recursos energ�ticos una vez implementado los proyectos y de los recursos naturales disponible para la sostenibilidad ambiental de los mismos.

Se implementan los proyectos productivos para que los asociados generen los ingresos necesarios para el pago de la energ�a y puedan mejorar su nivel de vida. Adem�s, se realiza un an�lisis de mercado para que estos proyectos productivos puedan realmente mantenerse en competencia y generen los ingresos requeridos.

Los proyectos tienen varios componentes transversales que permiten su ejecuci�n, cada uno de estos componentes se entrelazan para dar sostenibilidad a los proyectos en el largo plazo.


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1. Componente Social: El prop�sito de incorporar variables sociales como un elemento influyente en el proceso de gesti�n y administraci�n de proyectos de electrificaci�n rural, est� orientado a reforzar el valor del ser humano y los elementos naturales, culturales, socio-econ�micos de su entorno, como el fundamento del proyecto. Con esto se logrando que los comunitarios se sientan part�cipes activos en todo el proceso. Este enfoque, le da un “empoderamiento” que influye considerablemente en el aumento de las probabilidades de �xito de los proyectos.

2. Inclusi�n de G�nero: Las mujeres participaron desde la concepci�n del proyecto energ�tico, lo hicieron en las asambleas comunitarias, opinando acerca de la necesidad de gestionar la energ�a. Luego participaron en la gesti�n de recursos para la obra, asistiendo a las reuniones con contrapartes de cooperaci�n. Adem�s, se hicieron presentes en la construcci�n de la obra; por ejemplo, apoyaron directamente en el zanjeo para la bocatoma y casa de m�quinas, cargaron piedra y arena. Actualmente participan en los comit�s creados dentro de la Asociaci�n ASHDINQUI para el funcionamiento de los proyectos.

Para promover la participaci�n de las mujeres, se impulsaron las siguientes acciones:

•    Creaci�n de la Unidad de la Mujer y su legalizaci�n, capacitaci�n para participar en la unta Directiva, en comisiones de trabajo espec�ficas, el manejo del fondo de microcr�dito y sus propios proyectos.

•    Capacitaci�n en temas de emprendimiento social y empresarial, a todas las mujeres asociadas interesadas.

•    Gesti�n de financiamiento e implementaci�n de un “fondo revolvente” para financiar proyectos productivos personales y familiares. Este fondo es administrado por la Unidad de la Mujer.

•    Desarrollo de talleres sobre g�nero y diversidad con la participaci�n de miembros de las comunidades de ambos sexos, para lograr su involucramiento.

•    Estimular la participaci�n de mujeres como asociadas de la organizaci�n gestora y administradora del proyecto.

•    Motivaci�n para la participaci�n de mujeres dentro de las Juntas Directivas, para que sean part�cipes de la toma de decisiones.

3. Componente Econ�mico: Como parte de la sostenibilidad del proyecto energ�tico, se financian proyectos productivos para el uso de la energ�a el�ctrica, que permita a los habitantes de las comunidades, la generaci�n de recursos financieros para el pago de su consumo energ�tico. Con esto se logra el desarrollo econ�mico, permiti�ndoles una mejor condici�n de vida.

La Asociaci�n Hidroel�ctrica de Desarrollo Integral Norte del Quiche (ASHDINQUI) con base a un proceso de capacitaci�n y decisi�n de grupo, estableci� una estrategia de impulso y promoci�n de usos productivos basada en dos tipos de emprendimientos:

a.    Colectivos: que son de mayor impacto por el potencial de insumos transformables existentes en la comunidad y de inter�s com�n para la mayor�a de sus socios, los cuales son de mayor escala de operaciones e inversi�n.

b.    Individuales: peque�os negocios personales o familiares que deben contar con condiciones de sostenibilidad para garantizar su impacto y el repago del financiamiento.


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Por lo tanto, se impulsa la selecci�n y priorizaci�n de inversi�n en los siguientes proyectos productivos:

•    Centro Tecnol�gico Intercultural
Con el apoyo econ�mico de Telus International, una empresa con oficinas en Guatemala y cuya principal actividad es la administraci�n de Tecnolog�as de Informaci�n para clientes de diferentes sectores, se financia el Centro tecnol�gico, con 10 computadoras e internet.

En la zona donde se encuentra el proyecto, el analfabetismo alcanza una tasa del 62% y hay clara evidencia de una brecha generacional. Ante una poblaci�n joven importarte y en condiciones sociales que no les ofrece alternativas, se plantea la implementaci�n de un Centro de Tecnolog�a Intercultural para fomentar la formaci�n de competencias laborales entre j�venes y adultos y el fortalecimiento de su propia cultura.

El Centro de Tecnolog�a Intercultural se conceptualiza como un uso productivo de la electricidad para impulsar la educaci�n y el uso de la tecnolog�a en ni�os, j�venes y adultos mayas-ixiles de estas comunidades.

Es un espacio donde los miembros de las comunidades participan en programas de aprendizaje, fortalecimiento intercultural y crecimiento personal. El centro est� equipado con 10 computadoras, mobiliario, materiales did�cticos y cuenta con internet. Est� dirigido por dos j�venes coordinadores (hombre y mujer) nombrados por la comunidad, un asesor t�cnico y los facilitadores de cursos.


•    Centro de transformaci�n de la madera
La instalaci�n de la carpinter�a, beneficia a los vecinos de las tres comunidades, quienes tienen que procesar la madera con motosierras o llevarla a procesar a comunidades vecinas, con el consecuente alto costo. La Asociaci�n ASHDINQUI capacita a 19 j�venes y adultos interesados en el tema de ebanister�a, con el objetivo de hacer y vender objetos de madera, dentro y fuera de las comunidades.

En las comunidades se siembran algunos �rboles maderables, tales como pino, cipr�s y roble, que sirven para la construcci�n de sus viviendas, elaboraci�n de muebles de madera y otros art�culos. Se realiz� un Plan de Manejo Forestal para que el uso de esta madera sea sostenible. El Plan fue presentado por la Junta Directiva de la Asociaci�n ante el Instituto Nacional de Bosques para obtener la licencia forestal.

La sostenibilidad del taller de carpinter�a de Batzchocol� se fundamenta en la operaci�n para la prestaci�n de varios servicios: cepillado y canteado de tablas, reglas, parales, vigas y otros. Adem�s, fabricar� muebles y artesan�as en serie que se han identificado como una opci�n de encadenamiento productivo con otra organizaci�n de una comunidad vecina.

Adicionalmente la comunidad cuenta con un proyecto de incentivos forestales del programa PINFOR del Instituto Nacional de Bosques que resguarda 16 hect�reas de bosque comunitario y su aprovechamiento sostenible.


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•    Planta secadora de cardamomo
La instalaci�n de la planta secadora de cardamomo beneficia a los vecinos de las tres comunidades que siembran este producto, el cual ser� procesado y vendido en el mercado a un mejor precio, como grano en pergamino. Adem�s, se propone maquilar y comprar cardamomo para procesarlo y comercializarlo.

Uno de los grandes problemas de estas comunidades es que sus productos los venden a intermediarios sin ning�n proceso, a precios muy bajos. En la parte econ�mica los habitantes de las comunidades que siembran cardamomo u otros productos, se benefician al vender sus productos procesados a mayor precio y en mayores cantidades. En este caso se ha realizado contactos con la Federaci�n de Cooperativas Agr�colas de Alta Verapaz (FEDECOVERA), quienes ofrecen suministro de equipamiento, asistencia t�cnica para el procesamiento, y posibilidades de un encadenamiento para exportaci�n a trav�s de un convenio de cooperaci�n que se puede suscribir con ASHDINQUI.

En las tres comunidades que conforman la ASHDINQUI, existen 40 hect�reas sembradas, por 103 productores de las cuales 1.77 hect�reas entraron en producci�n el a�o 2015 y en el a�o 2016 se agregaron otras 20 hect�reas. Esto resulta en un potencial de producci�n de alrededor 7000 quintales de cardamomo uva al a�o.


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    Fondo Microcr�dito
Las posibilidades de acceso a cr�dito en condiciones competitivas para las familias de las tres comunidades participantes, es pr�cticamente inexistente. Las exigencias de garant�as reales y otros requisitos para el sujeto de cr�dito en el sistema bancario y micro-financiero, es una limitante para la mayor�a de los productores locales.

Una estrategia para estimular el uso productivo de la electricidad y generar un impacto en la econom�a local, es la constituci�n de un Fondo de Microcr�dito. El capital para conformar el fondo, que otorga la Organizaci�n Latinoamericana de Energ�a (OLADE) con recursos de la Cooperaci�n Canadiense, tiene como objetivo espec�fico incentivar y facilitar nuevas iniciativas productivas prometedoras, que contribuyan a dinamizar la econom�a local, mejorando los ingresos y la calidad de vida de las comunidades. El fondo opera en una modalidad cooperativa e incentiva el ahorro y la inversi�n productiva individual, donde se da prioridad a las mujeres que soliciten fondo para sus proyectos.

La sostenibilidad del fondo descansa en los mecanismos de administraci�n y control que se definieron en el Manual de Normas y Procedimientos de Microcr�dito de ASHDINQUI, el cual fue aprobado por la Asamblea General. Los costos de operaci�n y funcionamiento ser�n cubiertos con los productos que genere el propio fondo a trav�s de la tasa de inter�s y una comisi�n por cr�dito. El monto inicial del Fondo fue de US$30 mil, los pr�stamos tienen un inter�s y se deben pagar en un periodo de un a�o. La cartera muestra que se ha puesto atenci�n en el involucramiento de la mujer en la actividad econ�mica y que el manejo y respuesta de los usuarios de cr�dito ha generado una cartera absolutamente sana con cero morosidades.


4. Componente Tecnol�gico: El enfoque de la capacitaci�n t�cnica se orienta a los j�venes, quienes tienen ansias de aprender y son muy �giles a la hora de tomar decisiones t�cnicas. Se capacit� a un grupo de j�venes en todos los aspectos de la operaci�n y mantenimiento de la planta y las l�neas de distribuci�n bajo el acompa�amiento de t�cnicos en los temas. Adem�s, se difundi� y aprob� el Manual de Operaci�n y Mantenimiento para cada uno de los componentes del Sistema El�ctrico.

5. Componente Ambiental: La micro central hidroel�ctrica Batzchocol� se ubicada dentro de la micro-cuenca del riachuelo Viamacvitz, que ocupa un �rea delimitada de 251,324 hect�reas. Una fracci�n de 16.89 hect�reas cuenta con un plan de manejo a trav�s de un convenio de manejo y reforestaci�n con el Instituto Nacional de Bosques. Con la construcci�n de la planta se redujo el uso de derivados del petr�leo y se calcula que tendr� 6,693 t CO2 evitadas en 25 a�os.

Adem�s, se realiz� un Plan de Manejo Forestal para dar sostenibilidad tanto al proyecto de generaci�n de electricidad, as� como a los proyectos productivos.


RESULTADOS

Aspectos Econ�micos
Antes del proyecto, en las tres comunidades usaban candelas, madera de ocote y l�mparas de kerosene para su iluminaci�n. Al contar con electricidad, se elimin� el consumo de estas fuentes, lo que genera ahorros en t�rminos monetarios y de tiempo para los pobladores. Adem�s, en la actualidad muchos de los hogares, poseen electrodom�sticos, lo que facilita la preparaci�n y conservaci�n de los alimentos, permite una mejor alimentaci�n a ni�os y pobladores en general.

Al momento, hay varios proyectos productivos privados funcionando en las tres comunidades que hacen uso de la energ�a, entre los que se encuentran algunas tiendas de v�veres que ya tienen refrigeradores o congeladores, lo que posibilita la venta de productos congelados; salas de belleza para cuidado del pelo, una reparadora de llantas de automotores, granjas con animales de corral, entre otros.

En resumen, se puede identificar un aumento de la productividad agropecuaria y otras actividades comerciales, ya que con el servicio el�ctrico cuentan con energ�a y mayor tiempo de operaci�n de los negocios.


Aspectos sociales
La energ�a residencial y p�blica, permite a los pobladores participar en actividades nocturnas y diurnas como asambleas, reuniones, actividades c�vicas, religiosas, educativas y recreativas, estas antes de la llegada del servicio el�ctrico eran limitadas a actividades diurnas. Un beneficio en este tipo de acciones es el alumbrado p�blico y el uso de aparatos de sonido. La iluminaci�n nocturna ha brindado mayor seguridad a los habitantes de las comunidades. Adem�s, los pobladores tienen mayor acceso a informaci�n v�a radio, televisi�n e internet y pueden cargar sus celulares.

En el tema de salud, la energ�a el�ctrica de la cual disponen ahora las comunidades, ayuda a tener una buena iluminaci�n en la cl�nica de salud para atender pacientes a cualquier hora y juega un papel muy importante en la conservaci�n de vacunas y medicamentos que necesitan refrigeraci�n.

En cuanto a la educaci�n, la mayor�a de ni�as y ni�os asisten a la escuela primaria y con la energ�a disponible 24 horas, tienen m�s oportunidad de realizar sus tareas estudiantiles durante las noches.

La implementaci�n del Centro Tecnol�gico Intercultural adquiere importancia en t�rminos sociales, de educaci�n y comunicaci�n al abrir nuevas oportunidades de aprendizaje no s�lo para los ni�os y j�venes, sino tambi�n para las mujeres. Los encargados del Centro, un hombre y una mujer que han tenido m�s acceso a la educaci�n, fueron capacitados para el manejo del equipo, as� como para asesorar a los dem�s miembros de la comunidad en el manejo de los mismos y la b�squeda de informaci�n para sus actividades.


Aspectos ambientales
Los impactos ambientales negativos permanentes de los proyectos hidroel�ctricos de peque�a escala, como es el caso de Batzchocol�, son pocos. Sin embargo, en este caso se ha tenido mucho cuidado con el tema ambiental, reforestando y cuidando la micro cuenca del riachuelo Viamacvitz dentro de la cuenca del r�o Xacbal para dar sostenibilidad a la planta de generaci�n el�ctrica y definiendo el plan forestal para dar sostenibilidad al proyecto productivo de transformaci�n de la madera. Se realizaron estudios de impacto ambiental y se prepararon los planes de manejo forestal y los planes de mitigaci�n de impactos para asegurar el funcionamiento de ambos proyectos en el largo plazo.


LECCIONES APRENDIDAS

Los proyectos ejecutados al momento ya han generado lecciones que han sido de mucha utilidad para la mejora continua de la metodolog�a y su aplicaci�n a los proyectos en ejecuci�n al momento. Entre las lecciones aprendidas m�s relevantes se encuentran:

•    Es de vital importancia el contacto desde el inicio con las comunidades, el logro de una gesti�n participativa en los proyectos hace que la poblaci�n al ser el actor principal en el proceso, se apropien y “empoderen” de los proyectos que han sido dise�ados de acuerdo a sus requerimientos, (se prioriza la atenci�n a sus necesidades), se incentiva la diversificaci�n productiva y el ingreso familiar, lo que le da sostenibilidad a los proyectos en el largo plazo.

•    La creaci�n de la empresa rural comunitaria (en muchos casos la mejor opci�n es una asociaci�n) toma bastante tiempo porque estas comunidades rurales no tienen experiencia en los temas. Sin embargo, una vez organizados, conforman la directiva, los equipos de trabajo y se definen las responsabilidades y los manuales de operaci�n de la asociaci�n como tal y de sus actividades.

•    Las comunidades, a trav�s de la organizaci�n, son responsables de los mecanismos financieros de sostenibilidad de los proyectos. Se rea conciencia colectiva para asumir los pagos por servicios energ�ticos, donde cada beneficiario asume los costos de operaci�n, mantenimiento y administraci�n. Los miembros de la asociaci�n est�n muy claros de que en la medida que ese capital se mantenga o crezca, la empresa tiene la posibilidad de realizar nuevas iniciativas.

•    La participaci�n comunitaria en el proceso de construcci�n de los proyectos ha unido a los participantes y lo ven como una herramienta de empoderamiento del mismo. En los proyectos desde el inicio ha habido una participaci�n din�mica de la poblaci�n.

•    El tema de g�nero ha sido uno de los ejes transversales, las mujeres y j�venes fueron un pilar fundamental para la implementaci�n de los proyectos y ha permitido un balance en las prioridades de los mismos y en la conformaci�n de grupos de trabajo. Adem�s, han sido un gran apoyo en la definici�n y ejecuci�n de responsabilidades en la implementaci�n de los proyectos productivos y en los compromisos adquiridos por toda la poblaci�n.

•    La capacitaci�n de la poblaci�n beneficiaria es otro punto clave en la sostenibilidad de los proyectos. Al inicio la demostraci�n de proyectos y equipos en operaci�n es un instrumento para informaci�n, sensibilizaci�n y capacitaci�n, hacerlo a trav�s de visitas t�cnicas a iniciativas desarrolladas en comunidades cercanas, genera mucha expectativa en las comunidades beneficiarias y ofrece la posibilidad de interactuar con receptores de otros proyectos comunitarios.

•    Adem�s, el desarrollo de procesos decapacitaci�n para aspectos espec�ficos, seg�n la experiencia obtenida con estos proyectos, debe basarse en principios b�sicos: consulta, consentimiento previo e informado y el enfoque de equidad de g�nero. Debe hacerse por medio del dise�o de procesos y actividades que permita realizar talleres de formaci�n, talleres de informaci�n y sensibilizaci�n, talleres de consulta y asambleas. Ello capacita a las comunidades para aprobar y dar consentimiento a las normas y medidas a adoptarse en la ejecuci�n de los proyectos, y establecer las alianzas necesarias para implementarlos.

•    La participaci�n de empresas cercanas a las comunidades a trav�s de Responsabilidad Social Corporativa, fortalece su compromiso de respeto y promoci�n de los derechos de los participantes en los proyectos de energizaci�n de las comunidades, y les brindan un beneficio mediante el financiamiento de acciones concretas para el logro de la sostenibilidad de los proyectos. Las empresas, adem�s, tiene un redito social invaluable.

•    El cumplimiento estricto de los compromisos estipulados por cada una de las partes involucradas en la alianza constituida para la implementaci�n de los proyectos es una se�al de confianza, especialmente en los miembros de las comunidades involucradas. A su vez, permite construir el empoderamiento necesario para el soporte de la sostenibilidad en el proceso de desarrollo socioecon�mico.


CONCLUSIONES

Los pa�ses de ALC deben definir sus pol�ticas y programas t�cnicos y financieros viables para alcanzar el acceso universal a energ�as modernas, seg�n los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.

Seg�n datos de OLADE, al momento, ALC ha alcanzado una cobertura el�ctrica del 96.3%
(3). El BID indica que la regi�n tiene las condiciones para lograr el acceso universal al a�o 2030. Sin embargo, todav�a hay alrededor de 22 millones de latinoamericanos sin acceso a la energ�a, es un reto que deben ejecutar en conjunto los gobiernos, las comunidades, organismos internacionales y entes privados.

La implementaci�n de sistemas descentralizados de energ�a a peque�a escala, a partir de fuentes de energ�a renovables, son una fuerza que fomenta el desarrollo econ�mico rural, siempre y cuando los habitantes beneficiados sean “empoderados” a trav�s de una adecuada formaci�n y capacitaci�n, las cuales deben basarse en la metodolog�a de la educaci�n popular, para que sean part�cipes en la construcci�n colectiva del conocimiento, en la generaci�n de an�lisis de su contexto y la generaci�n de conciencia, para la presentaci�n y ratificaci�n de iniciativas propias de sostenibilidad del proyecto(4).

Las poblaciones beneficiadas disminuyen el aislamiento o marginaci�n en que se encuentran, a trav�s del acceso a mejor educaci�n, salud, desarrollo cultural, informaci�n, comunicaci�n, recreaci�n y desarrollo de actividades productivas. La energ�a se presenta como una oportunidad que transforma sus vidas, su econom�a y su propio contexto de marginaci�n.

EL BID indica que la interacci�n del ingreso del hogar y su ubicaci�n geogr�fica, aumentan las dificultades para abastecer electricidad a las comunidades rurales, por lo que se transforman en barreras considerables al acceso universal. Para contrarrestar estas barreras, la metodolog�a que est� implementando OLADE, se convierte en un mecanismo que permite asegurar la sostenibilidd en el largo plazo de los proyectos de electrificaci�n rural:

•    La creaci�n de una empresa rural comunitaria es fundamental. En la regi�n la experiencia indica que la mejor opci�n es una asociaci�n.

•    La participaci�n de entes p�blicos y privados: ministerios de energ�a, empresa el�ctrica, organizaciones internacionales, empresas locales y ONG�s son necesarias para apalancar fondos y experiencias que hagan realidad los proyectos de electrificaci�n rural de forma que las comunidades logren un desarrollo econ�mico, social y ambientalmente sostenible.

•    La participaci�n de los habitantes de las comunidades beneficiarias en todos los procesos del desarrollo de los proyectos, desde el plan inicial hasta la operaci�n y buen funcionamiento de los mismos, es primordial. El “empoderamiento” de los habitantes de las comunidades es uno de los puntos clave para la sostenibilidad de los proyectos.

•    Las comunidades deben realizar un manejo adecuado de los fondos recibidos y llevar un control contable detallado para que los recursos sean utilizados en lo que se ha definido, y a su vez estos puedan generar m�s fondos para inversi�n en nuevas iniciativas productivas.

•    La capacitaci�n es clave para que las comunidades mantengan el objetivo de los proyectos. Se capacitan en aspectos t�cnicos, administrativos, empresariales (planes de negocio y de trabajo), comerciales, contables, de g�nero, tecnol�gicos (computaci�n e inform�tica), con esto se les brindan las herramientas necesarias para que una vez que los cooperantes no sean parte de los proyectos, los comunitarios empoderados puedan darles sostenibilidad a los proyectos en el largo plazo.

•    La implementaci�n de los proyectos productivos tanto comunitarios, personales o familiares perite la generaci�n de recursos financieros para el pago del servicio el�ctrico y con esto permitir que la operaci�n y mantenimiento se sostenga en el largo plazo.

•    Acciones de gesti�n estrat�gica y capacitaci�n sobre aspectos organizativos, empresariales, comerciales, aspectos tecnol�gicos, encuentros, foros de intercambio de experiencias, etc. Deben continuar, aunque el apoyo de entes externos haya finalizado.

Con estas acciones, OLADE colabora con los Pa�ses Miembros para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en este caso espec�fico, el Objetivo 7: Garantizar el acceso a una energ�a asequible, segura, sostenible y moderna para todos, a trav�s del uso de recursos energ�ticos renovables y aut�ctonos de las regiones beneficiarias.





REFERENCIAS

Interamerican Development Bank: http://blogs.iadb.org/energia_es/2016/06/21/barreras-a-la-lectrificacion-en-america-latina/, consultado el 03 julio 2016.

INDE, Dise�o, Construcci�n y Suministro de Redes de Distribuci�n, Comunidades Batzchocol�. Laguna de Batzchocol� y Visiquichum, Guatemala, 2014.

International Energy Agency, Renewables Information, 2016.

OLADE, SIEE, datos al 2015.

OLADE, Byron Chiliquinga, Lecciones Aprendidas en el Proyecto de Electrificaci�n Rural de OLADE, 2009.

OLADE, Byron Chiliquinga, Proyecto de Energ�a Rural, 2013.

OLADE, Guillermo Monroy Estrada, Estado del Arte de la RSE y su Aplicabilidad al Sector Energ�a Renovable y Electricidad de Guatemala, Honduras y Nicaragua, 2013.

OLADE, Fernando Ferreira, Experiencia Regional sobre Electrificaci�n Rural y Generaci�n Distribuida, 2014.

OLADE, Mario Hern�ndez Jim�nez, Implementaci�n de Proyectos de Energizaci�n Rural en Zonas Aisladas de Guatemala mediante la Aplicaci�n de Responsabilidad Social Corporativa, 2015.

OLADE, Mario Hern�ndez Jim�nez, Informe final Fase II, Aplicaci�n de responsabilidad social corporativa en sistemas de energ�a rural en zonas aisladas de Guatemala, 2014.

OLADE, Mario Hern�ndez Jim�nez, Informe Final Tercera Fase Implementaci�n Proyectos de Energizaci�n Rural en Zonas Aisladas de Guatemala Mediante la Aplicaci�n de Responsabilidad Social Corporativa, 2015.

OLADE, Mario Hern�ndez Jim�nez, Aplicaci�n de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en sistemas de energ�a rural en zonas aisladas – Guatemala, 2013.

Semilla de Sol, ENERGIA, y UICN, Experiencia de inclusi�n de g�nero en la implementaci�n de la microcentral hidroel�ctrica comunitaria Batzchocol�, Nebaj, Quich�, Guatemala, 2015.







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1 International Energy Agency. Key World Energy Statistics 2016, https://www.iea.org/publications/freepublications/publication/KeyWorld2016.pdf, consultado 19 junio 2017.
2 OLADE – SIELC, mayo 2017.
3 OLADE, SIELAC, mayo 2017.
4 OLADE, Mario Hern�ndez Jim�nez, Aplicaci�n de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en sistemas de energ�a rural en zonas aisladas –Guatemala, 2015.