OPERACIÓN ÓPTIMA DE BATERÍAS BAJO EL
ACTUAL RÉGIMEN TARIFARIO EN URUGUAY
Mariana Corengia1, Ana Inés Torres2
1Ingeniera Química y Magíster en Ingeniería Química por la Facultad de
Ingeniería, (UdelaR). Actualmente cursa estudios de doctorado y tiene
un cargo docente en régimen de dedicación total en el Instituto de
Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería (UdelaR). La línea de
trabajo de su doctorado se centra en el diseño de sistemas de
almacenamiento de energía. corengia@fing.edu.uy
2Ingeniera Química por la Facultad de Ingeniería, UdelaR. Doctora en
Ingeniería Química por la Universidad de Minnesota (CEMS-UMN, EE.UU).
Entrenamiento postdoctoral en el Departamento de Ingeniería Química del
Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EE.UU.). Actualmente es
profesora en régimen de dedicación total en el Instituto de Ingeniería
Química de la Facultad de Ingeniería (UdelaR), e integrante del Sistema
Nacional de Investigadores (ANII). Realiza investigación en el área de
Ingeniería de Sistemas de Procesos en donde aplica herramientas
matemáticas para el diseño de procesos sostenibles. Sus intereses
incluyen el diseño de procesos de conversión de biomasa en combustibles
y químicos de alto valor agregado; el almacenamiento químico de
excedentes de energía de fuentes intermitentes; el desarrollo de
herramientas de evaluación de sostenibilidad ambiental y social; la
aplicación de ciencias de datos a la Ingeniería Química.
aitorres@fing.edu.uy
Recibido: 10/02/2020 y Aceptado: 14/04/2020
ENERLAC. Volumen IV. Número 1. Junio, 2020 (56-77).
RESUMEN
Conforme se incorporan a la red una mayor cantidad de recursos de
generación eléctrica no programable, las tarifas eléctricas adquieren
cada vez más opciones de contrato, intentando favorecer el consumo
fuera del horario pico. Este trabajo presenta un programa de
optimización que permite hallar la estrategia de operación óptima de
una batería, instalada con el fin de disminuir el costo de la tarifa
eléctrica sin modificar la rutina del consumidor. Dado que la inversión
es una decisión de largo plazo, el modelo incluye la estimación de la
degradación de la batería. El análisis no sólo considera el ahorro por
el cambio en el tiempo del consumo de la energía de la red, sino
también el efecto de disminuir la potencia máxima contratada. Para el
caso de estudio, se emplean las tarifas doble y triple horario de la
empresa proveedora de energía eléctrica del Uruguay UTE, y se
incorporan perfiles de consumo de potencia versus tiempo de distintos
usuarios. De esta manera, se presenta una estrategia para determinar el
mejor funcionamiento de las baterías, preservando su vida útil.
Palabras clave: Almacenamiento
de Energía, Degradación de Baterías, Planificación Óptima, Respuesta a
la Demanda, Curva de Consumo, Uruguay.
ABSTRACT
The introduction of renewable non-programmable sources to the electric
grid is changing energy markets. In an attempt to shift energy usage to
match generation patterns, complex Time-of-Use (TOU) tariffs are
becoming available to customers. This work presents an optimization
based program that finds how to optimally design charge/discharge
schedules for a battery in a setting of energy self-storage. The goal
is to reduce the electric bill of residential customers without
affecting their energy consumption habits. As battery acquisition is a
long-term investment, the model includes the battery degradation model.
In addition, the model considers the contracted service capacity and
allows to use the battery for contracting less service in order to
reduce fixed charges in the bill. The program is demonstrated by
analyzing the optimal charge/discharge schedules for four consumption
patterns under the two TOU tariffs available in Uruguay.
Keywords: Energy Storage,
Battery Degradation, Optimal Scheduling, Demand Response, Load Pattern,
Uruguay.
INTRODUCCIÓN
Las fuentes modernas de energía eléctrica renovable, por ejemplo solar
y eólica, son intermitentes y no programables. Esto hace que la
generación de energía en base a ellas pueda no coincidir instante a
instante con la demanda de energía por parte de los usuarios.
Figura 1. Opciones tarifarias
vigentes en Uruguay para el sector residencial.
Fuente: Elaboración de los
autores con datos de la Administración
Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE, 2019). El costo de
la tarifa simple corresponde al consumo que excede 600 kWh/mes. “$U”
corresponde a pesos uruguayos. El tipo de cambio (pesos
uruguayos/dólar) ha oscilado durante 2019 entre 31,65 y 38,75 $U/USD
(Instituto Nacional de Estadística [INE], 2020).
El uso de señales de precio (precios de electricidad que varían en el
tiempo según la relación oferta/demanda de energía) es una estrategia
que busca acoplar generación con demanda mediante un cambio de patrón
de consumo por parte de los usuarios. Parrish, Heptonstall, Gross y
Sovacool (2020) resumen en su trabajo algunas de las formas en que las
tarifas eléctricas pueden incentivar este cambio. De las enumeradas, la
única disponible actualmente en Uruguay para el sector residencial es
la correspondiente a precios distintos por hora, pero fijos todos los
días. Este tipo de tarifas se denomina TOU (por las siglas en inglés
para “time of use”); se presentan en la figura 1 las opciones
actualmente vigentes en Uruguay (Administración Nacional de Usinas y
Transmisiones Eléctricas [UTE], 2019). La tarifa simple tiene precios
escalonados según el consumo, pero es fija según la hora. Las opciones
disponibles en régimen TOU son la tarifa doble horario (2H) y la tarifa
triple horario (3H).
Aun existiendo el incentivo de un menor precio en ciertos horarios,
parte del consumo de electricidad del sector residencial no cambiaría
de horario aunque hubiera una franja con precio nulo (Zhao, Yang y Lee,
2017). Esto se debe a que el consumo de energía eléctrica está
fuertemente asociado a las rutinas de los usuarios. Como surge de la
figura 1 para la tarifa 3H, es fácil notar la relación entre las horas
de sueño con el horario de menor costo, las actividades fuera del hogar
con el horario de costo intermedio, y las actividades de los usuarios
en el hogar con los horarios de máximo precio. Para la tarifa 2H hay un
precio intermedio para las horas de menor consumo esperado y coincide
en precio y horario con la tarifa 3H cuando se espera un mayor consumo
de hogares.
Teniendo en cuenta, por un lado, el incentivo económico para cambiar el
horario de consumo y, por otro lado, la limitante de que sólo algunas
tareas son desplazadas sin alterar inconvenientemente las rutinas de
los usuarios, los hogares podrían instalar sus propios sistemas de
almacenamiento de energía, para cargarlos cuando la electricidad es más
barata y usar la energía almacenada cuando su precio en la red es
mayor. Esta instalación de sistemas de almacenamiento por parte de los
propios usuarios en lugar de por operadores de la red se denomina
“behind the meter” y ha sido propuesta previamente en la bibliografía
para ayudar a la red o a los usuarios en distintos aspectos: respaldo
energético, regulación de frecuencia, alivio de redes de distribución
congestionadas, correcciones al voltaje de la red, etc. (Jankowiak,
Zacharopoulos, Brandoni, Keatley, MacArtain y Hewitt, 2019).
El auto almacenamiento en baterías tiene varias ventajas; su operación
es simple y hay ya disponibles en el mercado equipos diseñados con este
propósito (Tesla, 2020). En el mediano plazo, se espera una disminución
en los costos de estos equipos, ya sea por avances tecnológicos o más a
futuro por la introducción de baterías de segunda vida, o sea baterías
que se emplearon en vehículos eléctricos, que ya no tienen capacidad
suficiente para garantizar autonomía del vehículo, pero que siguen
almacenando una cantidad considerable de energía (Warner, 2015).
Desde el punto de vista del usuario, surge entonces la necesidad de
evaluar la conveniencia de instalar baterías para desplazar el horario
de su toma de energía de la red. Esta evaluación debe tener en cuenta
que, además de la inversión inicial, las baterías se deterioran al ser
usadas. Esto es, encender una batería permite un ahorro en la factura
eléctrica a costo de una disminución de su vida útil. Este trabajo
presenta la formulación de un problema de optimización que busca
balancear ambos efectos. Este balance se logra hallando la estrategia
de operación de las baterías que minimiza el costo que paga el usuario
por el consumo de energía eléctrica, teniendo en cuenta la pérdida de
futura capacidad de ahorro por disminución de su vida útil.
La pérdida de vida útil en baterías está asociada a su composición
química. Para cada tipo de química se pueden encontrar modelos de
degradación dependientes del estado de carga, la temperatura, la
velocidad de carga/descarga, etc. La inclusión de estos efectos en la
definición de estrategias de operación óptima ha tomado relevancia
recientemente. A modo de ejemplo, Sarker, Murbach, Schwartz y
Ortega-Vazquez (2017) presentan un problema de optimización que incluye
una penalización en la función objetivo por concepto de la capacidad
perdida. En otra contribución, Li, Yang, Tang, Xiong, Deng y Tang
(2019) presentan la selección del esquema de carga/descarga como un
problema de control, en el que se incluyen coeficientes que permiten
variar el peso relativo del ahorro y de la pérdida de capacidad en la
función objetivo. Ambas propuestas son válidas para períodos cortos de
uso de las baterías (días), ya que no incluyen la acumulación de
pérdida de capacidad, esto es, no proyectan como varía la capacidad
conforme avanza el tiempo.
Un enfoque que incluye la acumulación de pérdida de capacidad se
presenta en (Corengia y Torres, 2018). En el mismo, la pérdida de
capacidad se incluye en la función objetivo, pero también en la
cantidad de energía que la batería puede almacenar en los tiempos
posteriores a la degradación. Este problema, tal cual fue formulado,
tiende a favorecer en ciertos regímenes de TOU el no uso de la batería
porque instante a instante el ahorro no supera el costo de pérdida de
vida útil de la misma.
En este contexto, el objetivo de este trabajo es presentar una
herramienta computacional para determinar la operación óptima de
baterías por parte de usuarios de la red bajo regímenes TOU. Esto es,
se desarrolla un programa que permite identificar la estrategia de
carga/descarga que minimiza los costos de la tarifa eléctrica del
usuario. A diferencia de (Corengia y Torres, 2018) no se penaliza
directamente en la función objetivo el costo por pérdida de capacidad,
sino que se incluye indirectamente limitando el uso de la batería en
los años siguientes. De esta forma se busca evitar que la estrategia
óptima favorezca guardar capacidad de almacenamiento al finalizar un
período de uso razonable. Adicionalmente, se agrega al problema la
posibilidad de tener en cuenta la curva de consumo energético del
usuario y el cargo por potencia contratada, contemplando los casos en
que este representa un costo fijo en la tarifa. La tabla 1 resume los
distintos enfoques utilizados en los trabajos anteriores y agrega el
propuesto en el presente artículo.
Este trabajo es una versión extendida del presentado por los autores en
(Corengia y Torres, 2019).
MODELO MATEMÁTICO
Como se mencionó en la introducción, el programa busca determinar la
estrategia de operación de la batería que minimiza el costo de la
factura eléctrica de un usuario dado. Se considera que la batería ya
está instalada, por lo que tiene una capacidad inicial conocida. Las
variables de decisión están vinculadas a cómo operar la batería, esto
es las potencias de carga y descarga, y la carga de la batería en cada
intervalo de tiempo. En la figura 2 se presenta un esquema de la
instalación de la batería: el consumidor tiene una demanda conocida y
puede en cada instante cubrirla con energía tomada directamente de la
red o almacenada previamente en la batería. Además, los usuarios han
pre-contratado una potencia máxima (Pcont en kW) que no es posible
sobrepasar.
Tabla 1. Estrategias para
optimizar la operación de baterías considerando pérdida de capacidad.
Fuente: Elaboración de los
autores.
Figura 2. Diagrama del sistema
donde se muestran algunas de las variables de decisión.
Fuente: Elaboración de los
autores.
Función objetivo
Conforme a las tarifas actuales, la función objetivo tiene dos términos
principales: uno vinculado al costo de la energía consumida y otro al
de la potencia contratada.
Para cada hora, el consumo de energía desde la red es la suma de la
potencia que directamente abastece las necesidades del hogar (Pdirecta(t)) y la potencia que se emplea para cargar la batería (Pc(t)). Se
aclara aquí que ni Pdirecta(t) ni Pc(t) hacen referencia a potencias
instantáneas, cada una representa el valor promedio correspondiente al
período t. Para calcular el costo de la energía, la potencia tomada por
el hogar debe multiplicarse por la duración del intervalo de tiempo
(Δt) y el costo que corresponde a ese intervalo (Costoenergía(t) en
$U/kWh).
Con las opciones tarifarias actuales, el costo por la potencia
contratada es constante (Costopot,cont(t) en $U/kW por mes de
contrato) y el usuario debe elegir entre ciertos valores de potencia
contratada (Pcont).
Representando el horizonte de tiempo en el que se desea utilizar el
equipo con el símbolo τ, la función objetivo expresada como el costo
total a minimizar es:
(Ec. 1)
Restricciones para cubrir la demanda
del usuario
El programa toma como dato el perfil de consumo esperado por parte de
los usuarios en función del tiempo (Pdemanda(t)). Se asume que el
usuario siempre tiene la energía requerida disponible, ya sea que la
tome directamente de la red o la obtenga de la descarga de la batería
(Pd(t)). Esta restricción implica que el usuario no necesita cambiar
su patrón de consumo.
(Ec. 2)
Por otro lado, la potencia total que toma el usuario de la red, tanto
para abastecer directamente el hogar como para cargar la batería, no
debe superar en ningún momento la potencia máxima contratada:
(Ec. 3)
Restricciones vinculadas al uso de la batería
Debe verificarse el balance de energía del sistema de almacenamiento.
Así, la cantidad de energía de la batería en un período dado (E(t) en
kWh) corresponde a la energía del período anterior, más la energía
cargada, menos la energía descargada en este período. Tanto durante el
proceso de carga como de descarga, se considera que parte de la energía
se pierde en la transformación de energía eléctrica a energía química,
por lo que se consideran factores de eficiencia para los procesos de
carga (ηc) y descarga (ηd). Estos factores se definen respecto a las
potencias consumidas y entregadas efectivamente por la batería tal como
se indica en la figura 2.
(Ec. 4)
Una aclaración relevante es que la batería no puede ser cargada y
descargada simultáneamente, o sea Pc(t) • Pd(t) = 0. Si bien esta es
una estrategia matemáticamente posible (o sea una solución factible),
en la práctica nunca es óptima y, por lo tanto, no es necesario incluir
explícitamente esta restricción en el problema. Una discusión más
profunda sobre este efecto puede encontrarse en Castillo y Gayme (2013)
y Corengia y Torres (2018).
La cantidad de energía almacenada en la batería está limitada por su
capacidad. Debido a que ciclos de carga y descarga entre 0% y 100% de
su capacidad aumentan la velocidad del proceso de degradación, se
incluyen límites a los valores máximos y mínimos de la cantidad de
energía almacenada en la batería. Estos límites son referidos como
ciertas fracciones (fraccmax y fraccmin) de la capacidad remanente en
el tiempo correspondiente (C(t) en kWh). El peso de este fenómeno y los
límites recomendados dependen del tipo de batería que se use.
(Ec. 5)
(Ec. 6)
De forma análoga, las ecuaciones 7 y 8 limitan los valores de potencia
máxima de carga y descarga. Estas expresiones buscan evitar el
envejecimiento excesivo de las baterías, pero también son límites para
el funcionamiento seguro que evitan sobrecalentamientos.
(Ec. 7)
(Ec. 8)
Restricciones vinculadas a la
degradación de la batería
Los mecanismos de degradación son mecanismos complejos que en la
práctica dependen de la temperatura, el estado de carga de la batería y
la profundidad del ciclo de carga/descarga, entre otros (Jafari, Khan y
Gauchia, 2018). Para algunas aplicaciones los modelos pueden
simplificarse: Li, Vilathgamuwa, Choi, Farrell, Tran y Teague (2019)
han mostrado que cuando se emplean baterías Li-ion para el
desplazamiento temporal del consumo residencial, puede capturarse buena
parte de la degradación con modelos reducidos. Esto se debe a que los
ciclos diarios característicos de este uso por lo general pueden ser
satisfechos con velocidades bajas de carga y descarga. Esto hace que
las baterías sean menos susceptibles a aumentos de temperatura o
variaciones de concentración localizadas.
En este trabajo se modela la pérdida de capacidad como un polinomio de
segundo orden con respecto a la potencia de carga o descarga.
(Ec. 9)
En esta ecuación, la variable x(t) corresponde a la fracción de pérdida
de capacidad de la batería en cada intervalo de tiempo, mientras que
el parámetro C0 representa la capacidad inicial de la batería y los
factores α1 y α2 se ajustan con valores experimentales de ensayos que
vinculan la pérdida de capacidad con el número de ciclos de operación,
a distintas velocidad de carga.
Para la determinación de α1 y α2 se emplearon curvas de pérdida de
capacidad de la batería en función del número de ciclos de
carga/descarga. En cada experimento se emplea un mismo valor de Pc(t)
y Pd(t) que simplificaremos como P. Si la curva correspondiente a cada potencia P se ajusta a una recta de
pendiente kp (figura 3), puede obtenerse para cada relación P/C0 una
velocidad de degradación, siguiendo una metodología similar a la
desarrollada por Sarker, Murbach, Schwartz y Ortega-Vazquez (2017).
Luego, siguiendo la referencia (Corengia y Torres, 2018) estos puntos
se ajustan con un polinomio de segundo orden con ordenada en el origen
nula: el término lineal con la potencia representa el aporte a la
pérdida de capacidad proporcional al uso de la batería; el término
cuadrático representa el aporte a la pérdida de capacidad proporcional
a la velocidad con que se usa la batería. Este último término no es
usualmente incluido en las formulaciones, pero es de relevancia porque
aumentar la velocidad de las reacciones electroquímicas aumenta su
ineficiencia termodinámica. Esto se traduce en un mayor sobrepotencial
que, por un lado, favorece reacciones secundarias irreversibles
(pérdida de capacidad permanente) y, por otro, favorece la disipación
de energía como calor.
Figura 3. Determinación de
parámetros α1 y α2 para el modelo de degradación. Cada pendiente de la
figura de la izquierda resulta en un punto de la figura de la derecha.
Fuente: Elaboración de los
autores.
Cabe señalar que el modelo de degradación implica que la ecuación 9 se
comporte como una igualdad, pero ésta puede ser relajada a una
desigualdad para resolver el problema con herramientas de optimización
convexa. Este análisis fue ya incluido en Corengia y Torres (2018).
Por último, la capacidad remanente en la batería en cierto intervalo de
tiempo se calcula como la correspondiente al tiempo anterior menos la
pérdida de capacidad incurrida en ese intervalo.
(Ec. 10)
Formulación del problema de optimización
Dada la discusión anterior el problema de optimización se postula como:
(Ec. 11)
s.a
Ecuaciones 2 - 10
Tal cual está escrito en la ecuación 11 incluye a una variable que
estrictamente debe considerarse entera (Pcont). Sin embargo, como
quedará más claro en la discusión, es beneficioso incorporarla al
modelo como una variable continua que pueda tomar distintos valores
para cada año de uso. Con esta consideración se puede demostrar que el
problema de la ecuación 11 es convexo. El análisis es análogo al
presentado en (Corengia y Torres, 2018) y no se repetirá aquí.
Este problema se implementó en el software GAMS v24.8.5 y se utilizó el
algoritmo basado en el método del punto interior IPOPT 3.12, para su
resolución. Se modificó el parámetro reslim para aumentar el tiempo de
CPU; el resto de los parámetros de simulación fueron dejados en sus
valores por defecto.
CASOS DE ESTUDIO
Es de interés aplicar el problema descrito en la sección anterior a
curvas de consumo de distintos usuarios. Estas curvas pueden provenir
de medidas directas del consumo de un usuario en particular, o de
curvas promedio que representen un tipo de usuario. En Uruguay, aunque
ya hay un porcentaje de usuarios residenciales que poseen medidores
inteligentes y hay antecedentes de trabajos en clasificación de los
usuarios en patrones de consumo, estos datos no son aún públicos. Por
lo tanto, se tomaron para las simulaciones curvas de consumo reportadas
en Bayas, Jaramillo, Betancourt y Reinoso (2009) y Kwac, Flora y
Rajagopal (2014). En la primera se presentan medidas de consumo de una
residencia estudiantil (usuario particular); en la segunda el resultado
del proceso de clasificación de múltiples clientes en múltiples días.
Se presentan a continuación las características más relevantes de las
curvas empleadas.
Curva de usuario “particular”
La figura 4 muestra la curva de consumo de un día en una residencia
estudiantil ecuatoriana. Se emplearon datos reportados por Bayas,
Jaramillo, Betancourt y Reinoso (2009), ajustando los valores allí
reportados a la frecuencia que se almacenan los datos almacenados de
generación eléctrica en Uruguay; 10 minutos (ADME; 2019).
Las características de este consumidor son:
Este tipo de patrón de consumo que tiene dos picos importantes, uno en
la mañana y otro en la tarde, se repite en hogares de diversas partes
del mundo: California EE.UU. (Kwac, Flora y Rajagopal, 2014), diversos
puntos de Estados Unidos a través de la red Pecan Street (Tang, Lee,
Wang, y Yang, 2019), zonas rurales de Tailandia, Australia, Filipinas,
Laos (Prinsloo, Dobson y Brent, 2016), y también se ha identificado
como uno de los perfiles característicos de los usuarios de UTE en
Uruguay (R. Porteiro, S. Garabedian y S. Nesmachnow, 2019). El pico del
mediodía es dependiente de las condiciones y costumbres regionales.
Curvas representativas de patrones de
consumo
Estas curvas se toman del trabajo de Kwac, Flora y Rajagopal (2014),
quienes emplearon algoritmos de agrupamiento para clasificar los
perfiles diarios de 220 mil hogares en California, Estados Unidos. La
figura 5 presenta los tres perfiles diarios que los autores reportan
como más frecuentes. La curva 1 representa usuarios con un consumo
horario de energía aproximadamente constante; la curva 2 usuarios cuyo
consumo se incrementa levemente en la tarde/noche; y la curva 3
usuarios con un pico de consumo en la mañana y otro en la noche. Los
consumos diarios promedio fueron 13.92 kWh, 18.57 kWh y 18.64 kWh
respectivamente.
Figura 4. Perfil de consumo de
un usuario particular.
Fuente: Elaboración de los
autores a partir de figura 16 en (Bayas,
Jaramillo, Betancourt y Reinoso, 2009). Los puntos contiguos similares
fueron promediados.
Figura 5. Perfil de consumo en
base horaria para tres tipos distintos
de hogares.
Fuente: Elaboración de los
autores a partir de datos publicados por
Kwac, Flora y Rajagopal (2014).
Cabe notar que, en comparación con el usuario particular, estas curvas
aparecen “suavizadas”. Esto se debe a que (i) estas curvas son valores
promedios de varios clientes, y (ii) en los programas de clasificación
hay un compromiso entre el detalle de la curva, la cantidad de grupos
en los que se desea clasificar y los requerimientos computacionales.
Por tanto, cuantos más patrones se tienen para analizar, en general
menor es la frecuencia de la toma de datos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En todas las simulaciones, se asumieron los costos referidos a la
tarifa eléctrica (Costoenergía(t) y Costopot,cont(t)) del Uruguay:
pliego vigente para el sector residencial de la empresa estatal UTE
(UTE, 2019). Para mostrar diferentes estrategias, se emplearon dos
capacidades iniciales de batería: 5 y 10 kWh.
En cuanto a la pérdida de actividad de la batería, se utilizaron
coeficientes α1 y α2 de 1E-5 y 1.5E-4 respectivamente, con unidades en
la ecuación 9: Pc(t) y Pd(t) kW, C0 kWh y Δt h. El orden de estos
valores se obtuvo a partir de los datos experimentales con baterías
Li-ion Níquel-Manganeso-Cobalto reportados por Sarker, Murbach,
Schwartz y Ortega-Vazquez (2017). Esto datos corresponden a relaciones
entre Pc / C0 y Pd / C0 hasta 3:1, por lo que son válidos siempre que
se cumplan las ecuaciones 7 y 8. Los límites del estado de carga
(ecuaciones 5 y 6), se asumieron en 20% y 80%. Para las potencias de
carga y descarga máxima (ecuaciones 7 y 8), se limitó a la potencia
correspondiente a una carga/descarga completa en 20 min. Los factores
de eficiencia ηc y ηd se asumieron 95%.
Para la presentación de los resultados se consideran en primer lugar
las curvas de los patrones de consumo descritos en la sección Curvas
representativas de patrones de consumo (p. 62), ya que permiten
analizar cualitativamente las estrategias óptimas para cada tipo de
usuario. El análisis cuantitativo se presenta luego, utilizando los
datos del usuario particular descritos en la sección Curva de usuario
“particular” (p. 61).
Estrategia de utilización óptima para
distintos patrones de consumo
La figura 6 muestra las estrategias óptimas de operación de los
usuarios de la figura 5, cuando se instala una batería de 5 kWh y se
contrata la tarifa 2H. Se asume un período de uso de la batería de tres
años. Se representa en la misma la demanda de potencia del hogar
(patrón de consumo), la potencia requerida para la carga de la batería,
la potencia descargada por la batería y la potencia total tomada de la
red por el hogar, para los primeros días de uso, o sea la batería
nueva.
Como se aprecia en las curvas de potencia total tomada de la red, para
los tres tipos de usuario hay un desplazamiento del consumo de energía
de la red, desde el horario de mayor precio al horario de menor precio,
tal como se buscaba. Se verifica que la batería se carga lentamente en
los horarios de menor precio y se descarga a mayor velocidad en el
horario de mayor precio. Se destaca que mientras que la descarga
siempre es a velocidad constante, la carga es a velocidad variable.
Esto puede interpretarse como una preferencia del programa a no
aumentar la potencia contratada. O sea, para los parámetros empleados
un aumento en la potencia contratada es más costoso que el cambio en la
pérdida de capacidad de la batería por no cargar uniformemente. Esto es
una diferencia con respecto al trabajo anterior (Corengia y Torres,
2018) en donde al considerar solamente el uso óptimo de la batería (sin
incorporar las restricciones de consumo de los usuarios) se encontraba
que la estrategia que minimiza la pérdida de capacidad de ésta es la
carga y descarga uniforme.
Otra apreciación interesante es en cuanto al efecto sobre la potencia
que se debe contratar de la red. Mientras que el usuario 1 debió
aumentar levemente su potencia contratada, los usuarios 2 y 3 la
disminuyeron. Esto surge de comparar la potencia máxima demandada por
el usuario contra la potencia máxima tomada desde la red. Sin instalar
la batería, el usuario debería contratar la primera, instalando la
batería contrata la segunda. De esta forma, este programa orienta al
usuario en la selección de la potencia a contratar.
Cabe destacar que, en el caso del usuario 3 la potencia máxima tomada
desde la red coincide con el pico de demanda en el horario de bajo
precio. Aquí uno podría preguntarse, por qué no se elige una estrategia
que contrate a menor potencia y emplee la batería para evitar este pico
de consumo. La respuesta está en el balance entre el ahorro logrado por
disminuir la potencia contratada en el primer año y la pérdida de
capacidad de la batería que condiciona el ahorro futuro.
Figura 6. Operación óptima de
Usuarios 1 (a), 2 (b) y 3 (c).
Fuente: Elaboración de los
autores.
Figura 7. Estrategia óptima
correspondiente al usuario 3 para el primer día de cada año, según el
período de optimización sea 3 (a) o 4 años (b).
Fuente: Elaboración de los
autores.
Para ilustrar este efecto, la figura 7 muestra el cambio en la
estrategia óptima para los siguientes años de operación. Como se
aprecia, al aproximarse el final del período de uso asumido para la
batería, la estrategia óptima implica una disminución progresiva de la
potencia contratada a expensas de más de un ciclo diario de
carga/descarga de la batería. Este efecto obviamente depende de la
elección del período de uso esperado. Las figuras 7a y 7b muestran
respectivamente los cambios en la estrategia, según se consideren 3 o 4
años.
La figura 8 muestra cómo cambia la estrategia óptima de operación del
usuario 2 cuando se cambia la capacidad inicial de la batería instalada
(de 5 a 10 kWh) o el tipo de tarifa (de 2H a 3H). En comparación con
instalar una batería de menor capacidad con una tarifa 2H, ambos
fenómenos implican un aumento en la selección de la potencia
contratada. Esto se explica porque (i) al aumentar la capacidad de la
batería, aumenta la cantidad de energía cuyo consumo directo de la red
puede desplazarse de los horarios caros a los baratos, y sucede porque
con las tarifas usadas, este ahorro supera el aumento por cargo fijo;
(ii) al cambiar a tarifa 3H el horario económico es de menor duración
(18 hs en 2H a 7 hs en 3H) por lo tanto se debe entregar más energía a
la batería en el mismo intervalo de tiempo. Nótese que en el horario
intermedio no hay actividad de la batería. Como se observa en la figura
8c, ambos efectos se suman al considerar la mayor capacidad y la tarifa
triple horario, resultando una mayor potencia contratada que si no se
utilizara auto-acumulación en batería. Igual, claramente el usuario
ahorra.
Figura 8. Operación óptima del
usuario 2 con: a) tarifa 2H y batería 10kWh ; b) tarifa 3H y batería
5kWh ; c) tarifa 3H y batería 10kWh.
Fuente: Elaboración de los
autores.
Figura 9. Operación óptima de
la residencia estudiantil con: arriba) tarifa 2H y batería 10kWh;
debajo) tarifa 3H y batería 10kWh.
Fuente: Elaboración de los
autores.
Finalmente, cabe mencionar que en todos los casos las restricciones
vinculadas a los máximos valores de potencia de carga y descarga de la
batería (ecuaciones 7 y 8) nunca llegan a activarse. Esto se debe a
que, como se comentó en la sección de Casos de Estudio, estas curvas
están suavizadas con respecto a un usuario particular.
Estrategia de utilización óptima para
usuario particular
En la figura 9 se muestran los resultados correspondientes a una
residencia estudiantil de la cual se tiene su consumo real cada 15
minutos. Este aumento en la cantidad de medidas con respecto al caso
anterior lleva a que por un lado se tenga mayor resolución (capturando
picos que se perdían al considerar patrones promedio) y por otro a que
el número de variables de decisión del problema aumente
considerablemente. Además, en comparación con las curvas anteriores, se
tiene una mayor diferencia entre los mínimos y máximos de consumo. O
sea, la potencia que consume el hogar presenta mayor variación a lo
largo del día. Intuitivamente esta mayor variación hace más atractiva
la estrategia de instalar baterías para reducir los picos de consumo y
disminuir el cargo fijo por potencia contratada.
Las simulaciones realizadas con un período de 2 años de uso de una
batería y capacidad inicial de 10 kWh, verifican esta estrategia para
ambas tarifas: el usuario puede reducir su potencia contratada, desde
5.0 kW a 3.0 y 3.1 kW bajo las tarifas 2H y 3H, respectivamente.
En cuanto al pico de la mañana, puede observarse que en ambos casos a
pesar de que el costo de la energía es bajo, la estrategia óptima es
descargar parcialmente la batería en este horario para reducir el pico
de consumo desde la red (ver curvas entre 8 y 10:30 AM). En el caso de
3H, a diferencia de lo visto en la figura 8c, la batería se carga
parcialmente en el horario de precio intermedio, para poder desplazar
una carga completa de batería en el horario de mayor precio.
En cuanto al pico de la tarde, una diferencia notoria con el caso de
las curvas suavizadas, es que la descarga de la batería se utiliza
fundamentalmente para modularlo. Esto puede tener como desventaja que,
si en algún día el consumo es puntualmente mayor que el esperado, la
cantidad de energía almacenada puede no alcanzar para respetar la
potencia contratada. Por lo tanto, este tipo de curva de descarga
indica que el usuario debe considerar alguna medida extra para
asegurarse el suministro de energía: o bien incrementa la capacidad a
instalar o la potencia contratada con respecto a la seleccionada por el
programa.
Aplicación de la herramienta
desarrollada para análisis de inversión.
A partir de las estrategias obtenidas con el programa se puede
cuantificar el ahorro esperado en la factura. A modo de ilustración, la
figura 10 muestra el ahorro que puede lograrse con el patrón de consumo
de la figura 4 en un horizonte de 3 años con una batería de 10 kWh,
separando los aportes al ahorro según se deban a la disminución de
potencia contratada, o al cambio de horario del consumo de energía.
Figura 10. Ahorros generados al
instalar una batería de 10kWh para el caso de estudio de la Sección
“Aplicación de la herramienta desarrollada para análisis de inversión”.
Fuente: Elaboración de los autores.
Debe señalarse que, en el caso de esta residencia sin instalar la
batería lo más conveniente es optar por la tarifa 2H, y los ahorros que
se lograrían con la batería instalada se calculan en ambos casos contra
ese valor.
La primera conclusión es que, a pesar de que la tarifa horaria 3H tiene
un horario de precio más bajo para cargar la batería, la combinación
tarifa, curva de consumo y batería de 10 kWh resulta en que el mayor
ahorro se alcanza contratando la tarifa 2H. Esto se debe a la
diferencia de precios entre tarifas en el horario de 7 a 17 horas.
Por otra parte, para los valores actuales de las baterías (500 USD/kWh
según las proyecciones de LAZARD (2018)), es claro que en el caso del
ejemplo no es redituable aun adquirir una batería nueva con este fin ya
que acumulando en tres años se ahorraron solo 30,000 pesos y se
requirió una batería de 10 kWH. Si se considera una tasa de costo de
capital de 10%, el valor máximo que puede pagarse para un Valor Actual
Neto positivo es de 25,000 $U (aproximadamente 700 USD a valores 2019).
Evidentemente 3 años es un tiempo muy corto para amortizar el equipo,
pero igualmente la diferencia permite inferir que no es económico. Una
alternativa podría ser adaptar una batería usada proveniente de otro
fin, como por ejemplo el sector automotriz. Estudios experimentales de
estas baterías de segundo uso son necesarios para definir el modelo de
degradación y resolver este problema descrito en la ecuación 11 con los
parámetros correspondientes.
CONCLUSIONES
Este trabajo presenta una herramienta basada en optimización para
analizar el beneficio de instalar baterías como forma de reducir la
tarifa eléctrica en usuarios que hacen uso de tarifas inteligentes.
A grandes rasgos hay tres mecanismos que definen la estrategia óptima:
(i) el desplazamiento del consumo de energía de la red a un horario de
menor precio; (ii) la reducción de los picos de consumo como forma de
reducir el costo fijo por potencia contratada; y (iii) la pérdida de
capacidad de las baterías que limita el ahorro futuro. El programa
desarrollado permite definir la estrategia de carga/descarga de la
batería y la potencia a contratar de la red, que mejor balancea estos
efectos para lograr el mayor ahorro en períodos largos de tiempo (años
de uso del equipo).
Utilizando el programa se encontraron las estrategias óptimas para tres
curvas representativas de patrones de consumo y una curva de un usuario
específico. Las tres primeras permitieron un análisis cualitativo de la
incidencia de los tres mecanismos para distintos parámetros (tipo de
tarifa, capacidad de batería, tiempo de uso esperado); y la última
permitió un análisis cuantitativo del ahorro generado.
A partir de estos análisis se puede concluir que las interacciones
entre los parámetros son complejas lo que justifica el uso de la
herramienta desarrollada para seleccionar conjuntamente la potencia a
contratar y la estrategia de operación. Además, permite inferir en qué
casos se deben tomar recaudos para respetar la potencia contratada una
vez que ésta ya fue definida.
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