EDITORIAL
Por: Pablo Garcés
Asesor Técnico
Organización Latinoamericana de Energía
2020 ha sido un año complejo en
el que debemos lamentar las aproximadamente 1.4 millones de víctimas
del SARS-COV2 a nivel mundial, la crisis sanitaria derivada de la
transmisión acelerada del virus ha impactado de manera relevante el
comportamiento social y la situación económica a nivel mundial.
América Latina y El Caribe ha sido una de la región más afectada por la
pandemia, no solo en la cantidad de personas contagiadas, sino en la
crisis económica subyacente que, según estimaciones del FMI, llevará a
una contracción de 7.9% en el PIB nominal 2020 respecto a 2019.
Recuperar el nivel precrisis tomará a la región varios años.
El sector energético se ha visto sometido a fuertes tensiones, por un
lado, debiendo apalancar el suministro eléctrico desplazado hacia el
sector residencial y servicios de sanidad, desde la demanda industrial,
transporte y comercial drásticamente contraída, y por otro, las medidas
de restricciones de movilidad provocaron una dramática disminución de
la demanda de combustibles, aumentando los stocks de crudo que
presionaron los precios a la baja pronunciadamente, obligando a la
OPEP, conjuntamente con productores no OPEP, a tomar medidas de recorte
de la oferta para intentar revertir el desplome de los precios. Éstas
entre otras consecuencias de las medidas adoptadas para intentar la
contención de la transmisión de la enfermedad.
OLADE, en su panorama energético publicado recientemente1,
estima una contracción de la demanda total de energía cercana al 8%
respecto a los niveles de 2019. La generación eléctrica al cierre del
año presentará una disminución de 5% en relación al año anterior,
disminuyendo principalmente la generación térmica con GN, CM y
derivados de petróleo.
Las transiciones energéticas en marcha en la región y los compromisos
climáticos se verán ante la incertidumbre de un escenario de
contracción económica y precios relativamente bajos de los
hidrocarburos. Las emisiones de gases de efecto invernadero del sector
energético en este período han reducido drásticamente (11% respecto a
20192), explicado principalmente por las restricciones de
movilidad y desaceleración de los sectores industrial y comercial, un
resultado positivo para el ambiente.
El sector energético apalancará la recuperación económica de la región.
Es imprescindible acelerar las transiciones energéticas y la innovación
en el sector, la digitalización en la cadena eléctrica, la aceleración
del recambio de combustibles en el trasporte, el acceso universal más
necesario en esta crisis sanitaria, son ejes necesarios de impulsar en
esta coyuntura. Estos temas fueron tratados extensamente en la reciente
edición de la Semana de la Energía, evento desarrollado de manera
virtual del 16 al 25 de noviembre que se ha convertido en el principal
espacio de encuentro de los actores energéticos en la región. El
material grabado del evento se encuentra en el sitio web:
https://semanadelaenergia.olade.org/
El futuro inmediato está lleno de desafíos para el sector, por lo que
este espacio de divulgación mantiene abiertas sus puertas para apoyar a
la comunidad energética en la tarea de análisis y búsqueda de
soluciones para afrontar el período postcrisis.
Para finalizar, una buena noticia: en agosto de este año, la revista
ENERLAC ha ingresado en el índice LATINDEX gracias a sus procesos que
aseguran la calidad de sus publicaciones. Queremos extender las gracias
a todos los colaboradores: autores, revisores, comité editorial,
edición y toda la gente que hace posible mantener este espacio creado
con el objetivo de contribuir a la difusión de resultados de
investigaciones y trabajos científicos de carácter técnico del sector
energético de América Latina y el Caribe, elaborados por académicos e
investigadores pertenecientes a instituciones vinculadas con el sector
de los 27 países miembros de OLADE.
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Pie de página:
1 Panorama Energético de América Latina y El Caribe, 2020, OLADE
2 ídem