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ENERLAC • Volumen VII. Número 1. Julio, 2023. ISSN: 2602-8042 (impreso) / 2631-2522 (digital).
OLADE – AUGM
otros tipos de combustibles sólidos, líquidos y
gaseosos o directamente energía térmica y/o
eléctrica (Saidur, 2011).
Dependiendo de las condiciones locales, puede
ser un recurso barato y de gran disponibilidad, por
lo cual presenta un potencial en la diversificación
del suministro de combustibles y favorece a la
soberanía energética. Esto es relevante en países
como Uruguay, los cuales no cuentan con
reservas probadas de petróleo, carbón mineral
ni gas natural. Adicionalmente, colabora con
la revitalización rural mediante la creación de
puestos de trabajo.
Por otro lado, como principales desventajas se
puede destacar su baja densidad energética, lo
cual aumenta los costos de transporte además de
tener altos costos de cosecha y almacenamiento.
Esto hace que la disponibilidad de la misma sea
regional. En aplicaciones de quema directa, si
esta no se realiza en buenas condiciones, puede
contribuir fuertemente al calentamiento global
y a la emisión de material particulado. Además,
su combustión, u otras alternativas de conversión
termoquímica, pueden generar emisiones de
compuestos contaminantes, inclusive hay emi-
siones generadas por el lixiviado de la biomasa.
Sumado a esto, los residuos de la combustión y
otros procesos térmicos no presentan un uso
claro. La explotación de cultivos energéticos
puede generar daños al suelo y a la biodiversidad,
o en ocasiones puede generar una competencia
con la producción de alimentos.
En los últimos años, debido al incremento en la
competencia entre el uso de la tierra con fines
energéticos y para la producción de alimentos,
el aprovechamiento de biomasas residuales (y
en particular los residuos agrícolas) ha surgido
como una de las alternativas de mayor interés
para lidiar con esta disyuntiva (Horvat, 2018).
Los residuos agrícolas y agroindustriales como
rastrojos de cultivos, bagazo de caña, cáscaras
de arroz y café, así como residuos de la industria
forestal tales como aserrín, corteza, entre otros,
son generados en todo el planeta. A pesar de
las grandes cantidades generadas de estas bio-
masas, su utilización como combustible es baja
(Werther, 2000). La biomasa no tradicional
suele tener un uso local debido a su baja den-
sidad aparente bulk comparado con la biomasa
tradicional, a fin de minimizar los costos de
transporte (Horvat, 2018; Werther, 2000). Debido
a esto, muchas aplicaciones se limitan a plantas
de pequeño porte, con desempeños inferiores
comparados con plantas de gran porte (Werther,
2000). Así mismo, la densificación de estas
biomasas (pellets y briquetas) es necesaria para
viabilizar el transporte de mayores distancias.
Sumado a las problemáticas que pueden generar
los residuos agrícolas directamente relaciona-
das con su combustión, también son relevantes
los impactos que se pueden generar en el eco-
sistema debido a su extracción. Desde el punto
de vista agrícola, la disposición de los rastrojos
en el campo cumple un rol de vital importancia
para la conservación de las propiedades físicas,
químicas y biológicas del suelo, evitando (o
minimizando) la erosión generada por la lluvia
y el viento, favoreciendo la reincorporación de
nutrientes al suelo, permitiendo la captura de
carbono, reduciendo la pérdida de materia
orgánica y por lo tanto minimizando la pérdida
de fertilidad del suelo (IPCC, 2006; Monteleone,
2015; Sastre, 2015; USDA - NRCS, 2006; Whittaker,
2014). Es así que, retirar los rastrojos puede
generar un impacto negativo en el ambiente,
afectando la fertilidad del suelo y por lo tanto
la productividad de futuras cosechas. El im-
pacto que se deriva por la ausencia de rastrojos
en el campo depende de las condiciones locales
(clima, tipo de suelo, topografía), así como del
cultivo en sí y de la gestión agrícola aplicada
(rotación de cultivos, fertilización, etc). Por lo
tanto, el impacto ambiental generado depende
de cada aplicación en particular (Bird, 2011).
A pesar de las desventajas que presentan
los residuos agrícolas frente a las biomasas
tradicionales, los mismos son utilizados como
fuente de energía en varios países como Dina-