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INTRODUCCIÓN
La transformación energética es necesaria
para crear un sistema energético más eficiente,
colaborativo y descentralizado, que también
ayude a combatir el cambio climático. Uno de
los mecanismos para lograr esto es el desarrollo
de comunidades energéticas, que permiten a
los ciudadanos colaborar en la gestión de sus
necesidades energéticas y la sostenibilidad
de sus territorios (Lode, Boveldt, Coosemans,
& Ramirez Camargo, 2022), (Sæle, Morch,
Buonanno, Caliano, & Papadimitriou, 2022),
utilizando tecnologías como fuentes renovables
de energía, medidores inteligentes, vehículos
eléctricos y almacenamiento de energía (Bastos &
Trevizan, 2023).
Las comunidades energéticas son un nuevo
actor en el sector, que permiten la participación
ciudadana y la democratización de la energía
(Rescoop.eu / Electra energy cooperative/
Heinrich Boell Foundation Office, 2021).
Además, las comunidades energéticas pueden
mejorar el bienestar social y habilitar oportu-
nidades para que los ciudadanos tengan voz y
opciones en la configuración de la transición
energética (Hanke, Guyet, & Feenstra, 2022).
Algunos de los beneficios sociales que buscan
las comunidades energéticas son: construcción
de tejido social, autonomía energética, empo-
deramiento de los consumidores, oportunidades
de empleo y mejoramiento del espacio público
(Savelli & Mosrtyn, 2021).
En Colombia, existe el reto de definir los meca-
nismos que permitan la generación, el consumo,
almacenamiento y comercialización de la energía
al interior de comunidades energéticas, de tal
manera que se habilite la interacción entre los
usuarios y sea posible compartir los recursos
al interior de la comunidad. De igual manera,
también es necesario disponer de una metodo-
logía que soporte los esquemas transaccionales
de energía y que establezca las condiciones
para que los diversos consumidores puedan
compartir las instalaciones de autoconsumo y
almacenamiento de energía (Colombia Inteli-
gente, 2019). Por ejemplo, a nivel latinoame-
ricano, se resaltan experiencias para los casos
de comunidades energéticas en Argentina,
Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Perú, Venezuela,
y Surinam, concluyendo que faltan definiciones
políticas, promoción y marcos regulatorios para
las CE en la región, además se destaca que los
proyectos de CE se ven como una alternativa
viable a la red dentro de los asentamientos
urbanos (Poque González, Viglio, & da Costa
Ferreira, 2022). En ese contexto, este artículo
propone 5 niveles de un modelo de comunidad
energética, junto con los correspondientes
esquemas transaccionales y de gobernanza en
el contexto colombiano. Este trabajo se realizó
en el marco del Plan Integral de Gestión del
Cambio Climático del sector minero energético
-PIGCCme del Ministerio de Minas y Energía.
La temática de Comunidades Energéticas es
emergente en nuestro país, existen diversas
definiciones en la literatura internacional
(Rodríguez & Anuzis, 2021) y proyectos a nivel
mundial (Nagpal, Avramidis, & Madureira, 2022).
Se propone como metodología un primer paso
el cual establece el estado del arte y analiza
casos de éxito internacionales y nacionales.
Luego se plantean clasificaciones y se determinan
5 niveles para un modelo de Comunidad Ener-
gética en Colombia, con esquemas transaccio-
nales y modelos de gobernanza específicos.
Finalmente, se presentan lecciones aprendidas
y recomendaciones basadas en proyectos imple-
mentados (ver figura 1).
Para esto se parte de un referenciamiento de
experiencias internacionales y nacionales,
luego se determina las diferentes clasificacio-
nes existentes para establecer los tipos de
esquemas transaccionales y de gobernanza.
Finalmente, se presentan las principales barreras
y un análisis de brechas para la implementa-
ción de comunidades energéticas y en general
para la gestión de servicios energéticos a cargo
de una comunidad en Colombia.
COMUNIDADES ENERGÉTICAS: MODELOS PARA EL EMPODERAMIENTO DE LOS USUARIOS EN COLOMBIA
Molina Castro, Juan; Buitagro, Luisa F.; Téllez, Sandra; Giraldo, Sandra; Zapata, Jaime