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En esta segunda edición colaborativa con la Asociación
Latinoamericana de Economía de la Energía (ALADEE), queremos
reforzar los esfuerzos colaborativos en la transferencia de
conocimiento, siguiendo la consigna de que la colaboración
institucional es absolutamente necesaria en los esfuerzos para
alcanzar economías bajas en carbono que, además, sean justas y
equitativas en la región
América Latina y el Caribe, región lastrada por profundas
desigualdades, encamina esfuerzos para lograr las transformaciones
de sus matrices energéticas, cambios que deber garantizar la
inclusión y que exigen una trasferencia de conocimiento que
supere barreras políticas, disciplinares y geográ cas mediante
esfuerzos coordinados.
Desde hace mucho, el conocimiento sobre energías renovables, políticas públicas, justicia social,
tecnologías y demás relacionadas con las transiciones energéticas ha estado fragmentado
y desconectado uno de otro. La investigación académica rara vez alcanza a los decisores
políticos, y las estrategias gubernamentales y medidas de política pública, se diseñan muchas
veces sin consideraciones sociales. Esta desconexión ha derivado frecuentemente en políticas
bienintencionadas pero ine caces, con el riesgo cierto de profundizar exclusiones y desigualdades.
La complejidad de los procesos de transición de las matrices demanda respuestas integradas.
Hay actores clave que deben ser considerados como: la academia que ofrece rigor analítico y
conocimiento técnico, los gobiernos y su capacidad de implementación y de regulación, la sociedad
civil con su conocimiento profundo de las necesidades locales, el sector privado con innovación
y capital, y, claro, los organismos internacionales con una perspectiva global y mecanismos de
apoyo e intercambio. Esto con el objeto de abordar el problema desde sus múltiples dimensiones.
Una colaboración fructífera y amplia potencia las ganancias: políticas basadas en evidencia y
consulta amplia, proyectos renovables con evaluación social y ambiental, fortalecimiento de
capacidades locales y optimización de recursos.
Las instituciones de ALC deben superar el trabajo aislado, requiriéndose voluntad política para
compartir información y recursos, exibilidad para adaptar estructuras rígidas, y visión de largo
plazo para invertir en relaciones colaborativas.
OLADE, en sintonía con esa necesidad de actuar colaborativamente, abre estos espacios de
transferencia de conocimiento a la comunidad académica y a los investigadores de la región.
Estamos seguros de que, para generar un futuro energético sostenible con justicia y equidad, es
imperativo el fomento a la investigación y la divulgación de los resultados de estas.
EDITORIAL OLADE